No es posible exigir legalidad y
justicia, pedir que un problema inter sindical no tenga tintes políticos,
cuando no existe congruencia por parte de quienes demandan una solución a los
conflictos que atraviesa el sindicato
ALIANZA DE TRANVIARIOS DE MÉXICO (ATM) y lo hacen por la vía menos
pacífica, fuera de la razón, sin legalidad, sin orden. Más aún, NO es posible solicitar a los funcionarios
del gobierno capitalino que actúen en virtud de sus alcances, cuando no se es
respetuoso de las resoluciones que éstos aplican en materia de legislación
laboral.
Tampoco es posible y lo que es más, es
imperdonable sonsacar a los trabajadores
del Servicio de Transportes Eléctricos para coaccionarlos a que abandonen su
materia de trabajo y unirse a la revuelta que encabeza Eugenio Rangel
García, quien se ostenta como “secretario general” de la ALIANZA DE TRANVIARIOS DE MÉXICO. Un grupo minoritario (aunque bien
apadrinado por el PRD) para exigir la renuncia de un líder sindical, que no
solo ha velado por los intereses de su gremio, sino que además, cuenta con la
toma de nota que fue ratificada por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje
(JLCA).
Cuando no se ofrecen las garantías a
la base trabajadora en lo relacionado a la prevención de riesgos de trabajo,
salud laboral, prestaciones y servicios que merece; involucrar a ésta en
intereses partidistas, resulta un verdadero atropello contra la base
trabajadora, sus familias y por supuesto, se ve reflejado en las carencias de transporte
para los capitalinos.
Es así, que no es posible sostener la
ocurrencia de querer llegar sí o sí al poder, pretender estar al frente de una
agrupación desde la impunidad. Primero orquestando un proceso de desaprobación
y descrédito ante las bases; promulgar la imposición de un comité central interino
que no aparece en el estatuto, sin tomar en cuenta que las elecciones internas
estaban en puerta para presentar su planilla legitima como secretario general.
Segundo la impunidad que un partido político ofrece, y por supuesto, sin tener
la menor idea sobre gestionar las adecuadas condiciones laborales para el
gremio que representa.
Definitivamente no es posible, ni es
correcto desestabilizar a todo un sindicato y “luego a ver qué pasa”. Ese pensamiento
dista mucho de lo que necesita un verdadero dirigente y, más allá de todo,
terminará por demostrar que la base trabajadora no es funcional en cuanto a sus
relaciones obrero-patronales y por lo tanto, que no es capaz ni merecedor de un
trabajo digno.
Por otro lado, es imperativo señalar
la maraña de irregularidades que envuelve a la ATM. Eso no es otra cosa que un
tráfico de influencias y usurpación de funciones ya que, no es la base
trabajadora en sí quien solicita se revoque la toma de nota del Secretario
General Benito Bahena y Lome, esto lo hace un integrante de un partido
político, Héctor Serrano Cortés, un
personaje oculto en la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), dejando de
manifiesto que el buen desempeño de Bahena y Lome al frente de la Alianza de Tranviarios,
afecta a sus intereses y al mismo tiempo, expone el interés que tiene en
minimizar las leyes que rigen a la Ciudad de México en lo que se refiere a
transporte, tal y como lo ha demostrado al solapar la ilegalidad con la que
operan empresas como Uber y Cabify. Sería bueno preguntarle qué tiene pensado
para el Servicio de Transportes Eléctricos, a dónde terminarán los tranviarios
y cuál será el destino de sus familias.
“POR LA UNIDAD Y DEMOCRACIA SINDICAL”
EL COMITÉ CENTRAL EJECUTIVO
Y TRABAJADORES DE DIFERENTES
DEPARTAMENTOS
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